“Diario de la CIA. Objetivo Ecuador” (Libro)

2 de abril de 2015

El libro de Philip Agee (Jeremy S. Hodapp) apareció publicado en 1975. Sus denuncias conmocionaron el ámbito latinoamericano y mundial

 

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El libro de Philip Agee (Jeremy S. Hodapp) apareció publicado en 1975. Sus denuncias conmocionaron el ámbito latinoamericano y mundial. Es la historia de 12 años de este oficial de operaciones secretas de la CIA en los países del tercer mundo, en nombre de la seguridad nacional de los EU, que terminó a principios de 1969.

El revuelo causado no era para menos, en sus páginas constaban los nombres de presidentes, ex presidentes, vicepresidentes, jefes de la policía y de las fuerzas armadas, personajes de las burguesías criollas y de sus partidos políticos tradicionales, involucrados directamente en los planes y operativos de la CIA, en una forma tan contundente que no se prestaba para mal entendidos.

En Ecuador, dos de los inculpados admitieron su participación en la CIA: José María Egas y el general Marcos Gándara Enríquez, miembro de la Junta Militar de Gobierno de 1963.

La CIA actuaba a través de procedimientos de inteligencia; operaciones políticas, psicológicas, paramilitares, de comunicaciones y trabajos de compilación electrónica de inteligencia.

El objetivo principal de la CIA en 1960 era promover la ruptura de relaciones diplomáticas de Ecuador con Cuba.

Agentes infiltrados en el PCE: Mario Cárdenas y Luis Vargas. Cárdenas a órdenes de Mario Cabeza de Vaca y Vargas de Miguel Burbano de Lara. Otro era Atahualpa Basantes Larrea y Oswaldo Chiriboga de la CTE informantes de la embajada.

Otros agentes fueron: Felipe Ovalle médico de Velasco Ibarra. Capitán de Policía José Vargas, quien pasaba información de Riobamba y Esmeraldas a la CIA sin pasar por el gobierno, sobre actividades de grupos de izquierda. Todos recibían pagos. Coronel de policía Wilfredo Oswaldo Lugo, entregaba informes del gobierno y sobre CTE. recibía pagos mensuales. Teniente coronel del ejército Roger Paredes. Teniente coronel retirado Reinaldo Varea Donoso, a quien la CIA auspició su campaña para el senado y fue elegido vicepresidente de este senado. Le pagaba 700 dólares mensuales por informes sobre el gobierno militar.

El agente principal para distribuir y colocar la propaganda de la CIA era Gustavo Salgado, ex comunista y columnista del El Comercio, develaba acciones comunistas de carácter subversivo.

Cinco hermanos dueños de una imprenta: Marcelo, Jorge, Patricio, Rodrigo y Ramiro Rivadeneira, publicaban con pie de imprenta falsos. Algunas publicaciones se les atribuía a los comunistas.

Renato Pérez Drouet secretario de la administración de Ponce, selecto agente de la CIA. Esta financió campaña anticomunista de socialcristianos en 1960 y financió al conservador Aurelio Dávila Cajas, luego ministro de Obras Públicas, quien fue entrenado por al CIA. Dávila con ese financiamiento fue elegido diputado.

A través de Pérez se reclutó a Rafael Arízaga y Carlos Arízaga Vega, primero líder conservador en Cuenca. Jorge Gortaire, coronel en retiro de la Armada.

Otros agentes: el socialista amarillo Manuel Naranjo, economista y diputado por Pichincha. José Baquero de la Calle, ministro de Trabajo de Velasco. Wilson Almeida de la Voz Universitaria con orientación anticomunista. Emilio Estrada Icaza, gerente de un banco. Juan Yépez del Pozo y Antonio Ulloa Coppiano.

Un Frente anticomunista publicaba en los diarios, pero su único miembro era un alto funcionario de la Embajada y miembro de la CIA. Isabel Robalino Bolle, de la Cedoc, Medardo Toro, Alfredo Villacrés, Jorge Andino, dueño de un hotel. Juan Sevilla, ministro de Finanzas de CJ Arosemana.

 

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